Me resulta muy incómodo escribir sobre mi biografía, es solo la recopilación de eventos y logros cronológicamente. Realmente las cosas más significativas de mi existencia han pasado en recintos secretos de mi alma y no hacen parte de una historia. Mi pasión es escribir, sin embargo los éxitos más importantes en mi vida no son los libros, es el amor que comparto con mi familia y unas pocas personas, la posibilidad de ayudar a mis semejantes, a los animales y el medio ambiente dentro de mis posibilidades.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Bermudeando, prólogo

 Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas […]
Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil;
yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura
y esa literatura me justifica […] Por lo demás,
yo estoy destinado a perderme, definitivamente,
y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro.
Poco a poco voy cediéndole todo,
aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar.
Jorge Luis Borges: Páginas escogidas, “Borges y yo”, Casa de las Américas, La Habana, 1988


Por primera vez, después de tres estudios investigativos que recogen temas tan distantes entre sí como las soluciones al conflicto armado en Colombia y los efectos de la tecnología y el hombre sobre la naturaleza, Fernando Bermúdez Ardila incursiona en la ficción. Con una prosa sencilla y coherente, haciendo gala de un talento narrativo incógnito en él, la historia cuenta un largo y fructífero período de la vida de Maximiliano Castillo Correal, personaje polémico, muy a tono con la realidad colombiana. A la par del destino del país, transcurre su existencia, que en ocasiones pareciera confundirse con la del propio autor.

La voz narrativa, plenamente identificada con el protagonista, se mantiene a relativa distancia de los acontecimientos que refiere; pero demostrando ser conocedora de cada detalle. Una obra con evidentes elementos autobiográficos y atisbos de un Maximiliano alter ego de Fernando Bermúdez, donde el propio autor propone la clave de interpretación: “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. Aunque, insisto, es válido tener en cuenta “Borges y yo”, del maestro argentino.

Con el visto bueno del Diablo; pero siempre de la mano de Dios, Maximiliano se inicia en la arqueología, el espionaje, los negocios y la política. En tal sentido, se puede leer el texto como una novela de iniciación: un niño se hace hombre y crece como ser humano. En este recorrido forma una familia y se rodea de amigos; pero sin abandonar nunca su espíritu independiente y ambicioso, que le permitirá explorar nuevos derroteros y salir triunfador. Maximiliano es un hombre inquieto, que no falta al propósito de dejar la huella de un buen pasado: único garante de su travesía por el mundo.

En contacto con los más variados fenómenos cotidianos, Castillo conoce a poderosos narcotraficantes, sufre las amenazas del secuestro y comparte la violencia vivida por un considerable número de habitantes en este país. Se suma a esto su más devastadora experiencia, que provocará un giro radical en su vida: el enfrentamiento con la justicia más corrupta. En este punto la novela lo presenta como una víctima, poniendo en crisis el papel de las instituciones judiciales colombianas.

Con el objetivo explícito de limpiar el nombre de Maximiliano Castillo y demostrar su inocencia en un acto criminal, el narrador se auxilia de un vocabulario que linda en lo técnico jurídico, ajeno a lo ficcional, apoyando el gran momento climático de la historia y realzando su connotación. La voz de la Justicia goza de una legitimidad ganada a través del tiempo, por esto la narración se sirve de ella, intentando validar la propia voz del narrador.

En un argumento que se despliega sin grandes elipsis temporales y de manera casi lineal, el final de la novela no coincide con el término de la vida del protagonista. Después de conocer las aventuras y desventuras de este héroe cercano y actual, con inclinaciones donjuanescas, el lector queda esperando más.
Sin embargo, entre anécdotas chispeantes y otras menos felices, pero igual cotidianas, cierra Bermudeando, dejándonos a la expectativa ante una segunda parte, que ojalá llegue pronto y sea tan cautivante como la del Quijote.

Carlos Guzmán Muñoz
Director Centro de Estudios Políticos e Investigaciones Históricas

Buenos Aires, Argentina, 2007

DESCARGA GRATUITA DEL LIBRO:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...